Desde los albores de la modernidad, no son pocos los pensadores que han intentado trasladar a las ciencias sociales los métodos y las certezas propias de las ciencias naturales, convencidos de que no existía enigma social que no pudiera comprenderse, dominarse y sistematizarse mediante la razón pura. Esta confianza excesiva, similar al entusiasmo que hoy despierta la tecnología, ha causado estragos sobre todo en...