Autor: Lluís Maria Todó

Comparaciones y razones

Hay un proverbio francés que asegura que comparaison n’est pas raison, es decir que la comparación no es una herramienta de razonamiento segura. Cuando decimos en español que «las apariencias engañan» estamos aludiendo a una análoga desconfianza hacia este mismo fenómeno. Una esfera con pinchos puede inducirnos a pensar que un erizo de mar, una castaña o un erizo de bosque son seres emparentados, cuando la realidad es que uno es un equinodermo, el otro una fruta con su corteza y el tercero un pequeño mamífero con patitas. Y un dolor de cabeza puede delatar un tumor mortal o anunciar un cambio súbito de tiempo. Sí, las semejanzas pueden desorientar, comparación no es razón, y no hay que fiarse de las apariencias, que no suelen conducir a nada esencial.  Pero por otra parte, la más elemental experiencia de la vida nos pone ante los ojos la enorme importancia que tiene en nuestras conductas la comparación y, más aún, su aplicación práctica, la imitación. Si no nos enseñan, es decir, nos dan algo con que compararnos …