Autor: Ana Nuño

Tiempos familiares

«No me extraña que digan que no vivo en contacto con estos tiempos. ¿Quién demonios quiere vivir en contacto con ellos?» Billy Wilder, entrevista en New York Magazine, 1976 Cuando el genial Billy Wilder dio la lapidaria opinión del epígrafe, pronto hará medio siglo, ya había empezado a producirse el lento y sostenido proceso de erosión de la civilidad que es el tema de este artículo. Entiendo por civilidad no solo el conjunto de formas de la urbanidad, sino también una red o tejido de códigos destinados a facilitar y regular los intercambios entre individuos en sociedad, su manera de «vivir en contacto» unos con otros. El ámbito común en el que se tejen (y destejen) esos códigos es lo que los griegos designaron con la palabra polis y Hannah Arendt analizó, en La condición humana, con el nombre de espacio o ámbito público. El tamaño o alcance de este espacio, su importancia en la vida de los individuos, no es algo fijo e inalterable. Especial aporte de Arendt a la comprensión del fenómeno del …

Perdidos en la casa encantada

«La verdad es siempre mejor que la mentira, la realidad preferible a la ilusión». Carlos Rangel Aunque de entrada no lo parezca, este artículo es la reseña de un ensayo de reciente publicación, obra de un autor venezolano poco conocido en España que, como millones de sus compatriotas, hoy vive fuera de su país. Publicado originalmente en inglés con el título Venezuela’s Collapse. The Long Story of How Things Fell Apart (Codex Novellus, 2024), el libro de Carlos Lizarralde ofrece una interesante lectura de lo sucedido en Venezuela en el último cuarto de siglo, a la luz de episodios que el autor espiga entre las sucesivas etapas históricas del país, desde el periodo colonial hasta la larga bonanza petrolera del siglo XX que desembocó en el chavista socialismo del siglo XXI, sin olvidar el atormentado y belicoso siglo XIX venezolano. Pero antes de decir dos o tres cosas sobre este «largo cuento de cómo todo se vino abajo», me parece necesario hacer un par de rodeos. Para empezar, aunque no suelo practicar el caveat emptor, …