Ciencia

La mala terapia

Ya hace años que los políticos y los medios de comunicación vienen alertando del estado de la salud mental de los jóvenes. Se habla de crisis, de epidemia y, por supuesto, se busca desesperadamente una solución. Sin embargo, la periodista norteamericana Abigail Shrier ha escrito sobre cómo las medidas a las que tan generosamente destinamos recursos y esfuerzos podrían ser en realidad la causa misma del problema. En Bad Therapy, que Deusto publicará en español a finales de este mes, Shrier ofrece la mirada crítica y perspicaz que ya mostró en Daño irreversible para analizar una cuestión largamente debatida, pero casi siempre desde los mismos dogmas y prejuicios.  Es importante subrayar una advertencia que ella misma hace en una nota: este no es un libro que hable de los casos severos de enfermedad mental, que necesitan toda la ayuda y atención médica posible. El ensayo está escrito para «los preocupados, los temerosos, los solitarios, los perdidos y los tristes». Para este segundo grupo, mucho más numeroso, la obsesión por la salud mental podría estar teniendo …

Lo que ocurrió antes

Algunas decisiones conscientes pueden predecirse antes de que entren en nuestra consciencia. Este tipo de hallazgos, demostrados en famosos estudios como los del fisiólogo Benjamin Libet en los ochenta, o los del neurocientífico John-Dylan Haynes más recientemente, plantean una conciliación difícil con la sensación inevitable de que uno es el origen consciente de sus decisiones y acciones. En Determined (2023), un compendio que se hace eco de estos y otros estudios que añaden a la causa, el neuroendocrinólogo Robert Sapolsky agita el debate sobre el determinismo con una posición contundente: el libre albedrío –dice con rotundidad– no existe. El determinismo causal no es una idea nueva, como tampoco lo es que este limitaría el libre albedrío. Pero Sapolsky dobla la apuesta y afirma que no tenemos agencia, que no tomamos decisiones ni participamos en procesos de razonamiento. Simplemente, somos seres a los que les pasan cosas. En Determined, las evidencias científicas se apilan una sobre otra, y el punto clave de la posición de Sapolsky estaría en el hecho de que la explicación no es …

La trampa y la histeria

El Ministerio de Sanidad lleva años advirtiendo, nada menos que como parte de su Plan Nacional sobre Drogas, de los graves peligros a los que se exponen los usuarios de los cigarrillos electrónicos. Últimamente, siguiendo las recomendaciones de la OMS, se prodiga más en este empeño y ha divulgado por las redes sociales una campaña antivapeo. El cartel que la ilustra proclama ocho sentencias cuatro de las cuales no voy a comentar por irrelevantes; las cuatro restantes indican que no es «una alternativa saludable», que es «dañino para quien lo consume y las personas de alrededor», que «no está demostrado que sea menos nocivo que el tabaco o que ayude a dejarlo» y que tiene un «impacto negativo en población joven: en muchos casos su uso precede al consumo de tabaco y/o cannabis». Hay un rasgo común en todas esas advertencias, y es que son objetivamente falsas: los estudios más completos y rigurosos que se han realizado hasta la fecha sobre el consumo de cigarrillos electrónicos las desmienten una por una. No así la OMS, …

Dios y la ciencia moderna

El hecho de que nuestra realidad esté regida por unas leyes aparentemente lógicas y no aleatorias nos induce a pensar que la creación del cosmos requiere de una explicación de índole científica. Sin embargo, la ciencia es todavía incapaz de explicar la posible existencia, o inexistencia, de un ser supremo, omnipresente, omnisciente u omnipotente que sea el creador de nuestra realidad. Esto nos plantea la duda de si la existencia de Dios se puede demostrar mediante la ciencia o solamente Dios mismo puede demostrar su existencia. Asimismo, en caso de aceptar su existencia, debemos plantearnos también la relevancia de Dios en la creación del cosmos. Todo lo que entre sí se relaciona en una mutua armonía, ha de estar ligado entre sí en un solo ser del cual depende en su totalidad. Por consiguiente, existe un ser de todos los seres, una razón infinita y una sabiduría autónoma de donde hasta en su sola posibilidad la naturaleza deriva su origen en toda la esencia de las determinaciones. Ahora ya no se puede negar la capacidad …

Sobre los motivos para no vacunarse

«La libertad no se inyecta». Este es el lema bajo el que se manifestaron el 24 de julio miles de personas en Francia, contrariados por la decisión del Parlamento de este país, que exigirá estar vacunado contra el SARS-CoV2 para poder trabajar como sanitario, así como para participar en actividades sociales. Los países que han conseguido controlar la pandemia lo han hecho indiscutiblemente gracias a la vacunación. Pero algunos de ellos (Estados Unidos, Francia, y veremos qué pasa con España), se están topando con un problema totalmente esperable y que va a ralentizar la llegada a la tan ansiada inmunidad de grupo, retrasando así la vuelta a la normalidad en la atención sanitaria, en la economía, y en la vida en sociedad. El problema de los antivacunas o de las personas anticientíficas en general se ha minimizado por los políticos y por la sociedad desde sus albores. Como hasta ahora «solo» han generado la reaparición de enfermedades que ya estaban controladas (como el sarampión, potencialmente grave pero con baja mortalidad), ha hecho falta una pandemia …

De la viruela y otros asuntos

En un mundo cada vez más familiarizado con la insensatez, no es improbable que el movimiento antivacunas crezca hasta niveles asombrosos. De momento, solo la mitad de la población española se manifiesta muy de acuerdo con la afirmación según la cual las vacunas son completamente seguras y eficaces. El esfuerzo de las minorías racionales por aislar la investigación científica de las creencias sin sentido tal vez pueda dar algunos resultados en una opinión pública poderosamente mimética de lo que se cuece en el ambiente; sin embargo, esa tendencia puede ser solo pasajera, y a la menor oportunidad que tenga lo irracional de jugar sus bazas podría invertirse la partida. Como decía Josep Pla, después de admitir ―lo que no era nada habitual en él― la existencia de un cierto progreso moral, en cualquier momento puede aparecer un loco y echarlo todo a rodar. Aparecieron varios en su tiempo y todos fueron aclamados por sus pueblos; en el nuestro, muchos parecen dispuestos a trazar caricaturas de la historia. Los más desquiciados, que no son pocos, están …