El arte y el poder de la sátira nacen como un vaticinio o como una nostalgia y a veces, inexplicablemente, son ambas cosas. Al escritor nunca le ha faltado materia prima para la insatisfacción con su época. Evelyn Waugh (1903-1966) podrá, como un maestoso concluyente, regresar cualquier día cuando el aire quede limpio de las miasmas postmodernas. Ahí están sus primeros libros, sátiras precisas...