Política

Democracia, transparencia y distopía

Hay una frase que suelo repetirles a mis alumnos cada nuevo curso (y que últimamente no acaban de entender, pues los de ahora, para mi asombro del tiempo, han nacido en el siglo XXI). Se trata de una agudeza típica del Felipe González más inspirado y lúcido, quien, a comienzos de los años ochenta, recién llegado a La Moncloa como presidente del Gobierno, afirmó que prefería morir tiroteado en el metro de Nueva York antes que fenecer de aburrimiento en las calles de Moscú. Para quienes hemos nacido en la segunda mitad del siglo XX, para aquellos que hemos crecido —no solo física, sino material e intelectualmente— con la democracia liberal, no hace falta explicar qué quiso decir el líder socialista con aquel apotegma que, de un modo claro, enfrentaba dos modelos de vida: los EE UU vs. la URSS. Eran los duros años de la Guerra Fría, aún con el Telón de Acero en pie. Desde entonces hasta ahora han llovido décadas de historia, y de aguacero en aguacero se ha formado un río …

Sin patria y con pasaporte

La reciente mudanza a Andorra de un mundialmente conocido youtuber, con la consiguiente pérdida de recaudación para la Hacienda española, devolvió a primera línea el debate sobre el patriotismo. Para unos, la patria son los hospitales (y los contenedores de basura cabría recordarles) y patriotismo es el pago de los impuestos que los financian. Otros consideran insuficiente esta visión y se preguntan para quién se pagan impuestos, si existe una relación previa o, en palabras de Juan Claudio de Ramón, «un sentimiento de solidaridad y simpatía recíprocas» entre quienes contribuyen y quienes se benefician de la actuación del Estado, tejido con «hebras comunes.  Probablemente a esas hebras se refería Michel Lacroix cuando escribió en Le culte de l’émotion: «La admiración compartida es necesaria para sellar la cohesión social. Una nación posee alma cuando los individuos conservan un piadoso respeto por su tierra, su historia, su patrimonio, así como las grandes figuras artísticas, literarias, políticas, industriales o militares que honran su pasado». Esta reflexión da pie a un pequeño excurso: el furor, con el que los …

La democracia frente al nacionalismo

Algo que caracteriza la forma de entender el conocimiento en la Modernidad (digamos: del siglo XVII en adelante) es su carácter provisional. Todo saber ha de poder ser revisado, mejorado, refutado… sustituido, en definitiva, por otro nuevo, y así sucesivamente ad infinitum. La verdad es, pues, modernamente, algo que se persigue y nunca se consigue. Esa es una de las muchas maneras en las que es posible expresar el espíritu moderno, pero tiene, en relación con otras, la ventaja de no servirse de consignas preestablecidas. El conocimiento empírico es irremediablemente contingente.  Un tiempo que no acepta verdades indiscutibles, ¿cómo podría dar por válida una forma de gobierno que presentara ciertos contenidos como verdades universales? De ahí que la forma política característica de la Modernidad —la civil society— sea aquella en la que se establece por principio que ningún contenido es sagrado, precisamente porque la duda pende con su filo cortante sobre cualquier presunta verdad. Es por eso por lo que lo político, modernamente, no puede jamás fundamentarse en contenido alguno, sino en libertades —esto es, …

Libres o iguales

Cuando se presenta la ocasión de influir en el destino de todos —porque eso es lo que entraña el sufragio—, de manera necesaria se le impone a cada cual el dilema entre ejercer la soberanía personal y abandonarse al automatismo. Entre la afirmación y la pérdida de libertad. Cosa vulgar, sea dicho, el empeño en reducirla al ‘hacer cada uno lo que le da la gana’, si se entiende por ello el obedecer únicamente a nuestras inclinaciones. Libre es aquel que actúa incluso en contra de su voluntad; tan alérgico a la servidumbre que no consiente siquiera entregarse a sus propias pasiones.  Hoy, en un acoso sistemático a lo personal por lo político, se les atribuye a determinaciones como esas un carácter casi herético. Pero no puede ser eso más absurdo cuando tampoco cabe interpretarlas como una traición a la propia naturaleza del hombre, ya que la política no le pertenece sustancialmente. Bien hace Arendt en recordar su cualidad relacionante, pues «nace en el Entre–los-hombres, por lo tanto completamente fuera del hombre». Dicho de otro …

El Sueño Chino de Jinping

El Sueño Chino hizo titulares en el encuentro de Davos de finales de enero pero seguimos prefiriendo las páginas de La montaña mágica con el Davos que describió Thomas Mann. Ese Sueño Chino, presentado por un líder de singular energía como Xi Ping, tampoco tiene que ver con los valores del American Dream sino con la voluntad neototalitaria de situarse en el punto neurálgico de una nueva esfera de influencia, económica y geopolítica. Xi Jinping tiene la energía de un emperador a la antigua usanza, cuya muralla china zigzaguea bloqueando autopistas digitales. Con Biden tomando posesión y todavía en el fragor del infamante momento norteamericano que va del asalto al Capitolio a la despedida de Donald Trump, Jinping fue al Foro Económico Mundial de Davos y se explayó como líder de la gran potencia global. Estaba agitando pastoralmente la rama de olivo en los escenarios de la Unión Europea. Habló de «crecimiento inclusivo», «coexistencia pacífica», «gobernanza global» y «desarrollo verde». En contraste con las escalinatas del Capitolio, tuvo un esplendor mediático muy pasajero porque Pekín …

Ad populum

I Pronto se cumplirán diez años del 15-M. El 20 de mayo de 2011, cuando algunas plazas de las principales ciudades españolas ya llevaban cinco días ocupadas por tribus de indignados, escribí esta entrada de diario y le puse por título «El fantasma de la imitación»: «Se accedía a la cantina del cuartel al que fui a parar cuando cumplía el servicio militar por una de esas puertas de dos pequeños batientes que se apartan de un empujón, exactamente iguales a las de los saloons que aparecen en las películas del Oeste. Esa analogía determinaba que, de vez en cuando, se viese entrar a algún soldado con los dedos gordos de las manos metidos en el cinturón y la gorra inclinada hacia delante hasta casi tapar con la visera el hueso de la nariz. En cuanto pasaba la puerta, se despojaba de la gorra como mandaban las ordenanzas; luego, poco a poco, se acercaba a la barra lanzando miradas de menosprecio a derecha e izquierda; a falta de whisky, pedía un vaso de calimocho, se …

Ese maldito genio resentido, Jean-Jacques

El pasado tiene ecos de resonancia y las ideas de ese genio resentido, Jean-Jacques Rousseau, siguen configurando el imaginario colectivo. Este petit bourgeois de Ginebra se enfrentó a la sociedad de su época y a pensadores ilustrados como Voltaire, quien lo caricaturizó como un «vagabundo al que le gustaría ver a los ricos robados por los pobres». Se ha dicho que Rousseau es «el protagonista central de la revuelta antielitista que actualmente reconfigura nuestra política» (Pankaj Mishra) y un profeta del totalitarismo (Jacob Talmon, Isaiah Berlin). Para madame de Staël, «Rousseau no dijo nada nuevo, pero lo incendió todo». Berlin se pregunta en La traición de la libertad dónde radica la inmensa influencia y centralidad de las ideas de este pensador, y concluye que fue la singularidad o el atrevimiento de Rousseau de denunciar a las élites ilustradas lo que «afectó profundamente la conciencia del siglo siguiente». Todos los pensadores del siglo XIX o del siglo XX que son abiertamente antintelectuales y en cierto sentido anticulturales, para Berlin son descendientes naturales de Rousseau; llega a …

Si veneno le pide llorando…

A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, las alarmas sobre abusos sexuales a menores se dispararon en todo el mundo occidental. Aprovecharse de la inocencia de un niño para satisfacer el deseo de un adulto añade a las iniquidades de la violación un grado de crueldad que, para salvaguardar el honor de la especie, no dudamos en calificar de inhumano. Era algo que ocurría en silencio y a lo que durante mucho tiempo no se le concedió en la sociedad mayor gravedad que a la sodomía, el pecado nefando con el que generalmente se confundía en los textos legales y en la opinión pública; y a pesar de que el rechazo moral con el que se contemplaba se fue acentuando en el siglo XX, si acaso se tenía noticia de que algún pariente o vecino practicaba esa pravedad, eran frecuentes la componenda y el disimulo: a menudo, la reputación de los mayores se tenía por un valor más alto que la libertad de los menores. El despertar de la conciencia social …

La sombra de Dios

Escribe Nietzsche en Die fröhliche Wissenschaft (La gaya ciencia o El alegre saber), en el párrafo 108:  «Nuevas luchas. — Después de que Buda muriera, su sombra —una sombra monstruosa y horripilante— se proyectó aún durante siglos en una cueva. Dios ha muerto: pero tal y como es la naturaleza de los hombres, habrá, quizá aún durante milenios, cuevas en las que se proyecte su sombra. Y nosotros… ¡nosotros aún tenemos que derrotar a su sombra!» Esa sombra de Dios se extiende hoy por todos los rincones. La pérdida de Dios —o, si se quiere, de la consistencia y el sentido de las cosas— no dio como resultado almas errantes sin horizonte, sino la multiplicación sin fin de las identidades, las creencias, las esperanzas y los sentidos. La sombra de Dios son los valores, los principios en los que el hombre cree encontrar refugio. Cada hombre es esa cueva en la que el Dios muerto proyecta su oscuridad. De todas las apariencias bajo las que la sombra de Dios se presenta en forma de principios …

Black Lives Matter: débiles argumentos para el cambio

Hace ya un tiempo que las aguas del irracionalismo posmoderno empantanan la discusión política de ciertos asuntos. En Estados Unidos, por ejemplo, tiene lugar desde 2013 un estridente debate sobre el racismo endémico del país, que en el presente año ha subido a la palestra con todas sus armas a raíz del asesinato de George Floyd en mayo. El ruido que nos llega es hasta ahora ensordecedor y contundentemente preciso: ¡Black Lives Matter!, gritan los que abanderan la lucha antirracista en las ciudades norteamericanas; sin embargo, por más claridad y volumen con que se profiera la consigna, el ruido es por definición confuso, oscuro, vago, y convendría, con tal de estimular la circulación de las aguas del debate, bajar el tono unos peldaños y comprobar si son ciertas las razones que lo proveen de tanta furia. Las imágenes de la muerte de Floyd en Mineápolis levantaron una oleada de indignación desproporcionada al suceso. Hemos visto imágenes mucho más terribles en televisión y el termostato de la ira social apenas registró modificaciones. El asesinato de Floyd, …