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TELÉMACO

El sueño de la orfandad engendra monstruos

«Pobre mente, que tomas tus argumentos de los sentidos y luego quieres derrotar a estos. Tu victoria es tu derrota». (Demócrito, B125) Suelen ser extraños todos los tiempos para los que los padecen, salvo, tal vez, durante periodos, perdidos entre las hecatombes históricas, agraciados con la placidez y el tedio de la paz y la abundancia. En la segunda mitad del siglo XX cupo un bienestar social, económico, tecnológico y cultural hasta un grado sin precedentes para cada vez mayores regiones y capas de la población. Para los contemporáneos bendecidos por el crecimiento occidental tras la postguerra mundial no resultaba fácil prever el declive patético que, sin embargo, se fue vislumbrando como inexorable a medida que las opulencias sociales iban reblandeciendo materialmente las instituciones que las hacían posibles. Una de esas instituciones condenadas al desagüe de la Historia o, en todo caso, a su debilitamiento y casi marginalidad entre las clases favorecidas por el desarrollo del Estado benefactor fue la familia y, con ella, la figura paterna. Sucedió también, de modo acaso más flagrante, con …

Artes excutiente deo

Artes excutiente deo

En el canto XVIII de la Ilíada se describe con sumo detalle el escudo que Hefesto ha forjado para Aquiles tras la muerte de Patroclo. La obra del dios, perfectamente acabada, deja sin aliento a quien la contempla: en ella vemos cómo se mueven con naturalidad los hombres, aunque estén hechos de metal, y cómo mugen los bueyes, cazan los leones y ladran y olfatean los perros, cómo resuenan los ríos y el pasto fresco alimenta a los rebaños, y cómo las casetas bien techadas y los establos dan cobijo por la noche, y vemos también muchos otros prodigios admirables que seducen y embriagan los sentidos.  Baste este breve pasaje como testimonio (XVIII, 573-576): En él [el escudo] hizo [Hefesto] un rebaño de bueyes de cuernos rectos,y los bueyes, hechos de oro y estaño,se precipitaban mugiendo desde el establo hacia la pastura,a orillas de un río estrepitoso junto a un tambaleante cañaveral. No se trata solo de que Homero pretenda subrayar el temperamento y la extraordinaria destreza técnica de Hefesto para complacer a sus oyentes, …

Perder la razón - Moon Madness

Perder la razón

Hay pocas enfermedades tan ambivalentes y simbólicamente productivas como la locura. Ciertos estados de turbación o inestabilidad se asocian a una capacidad excepcional, a una suerte de contacto con lo divino o lo visionario. Un caso: Gérard de Nerval, figura de culto para los simbolistas, los surrealistas y los poetas malditos, paseaba a su langosta con una correa por las calles de París. Sufrió desde los 33 años crisis nerviosas e internamientos recurrentes, hasta que se suicidó en 1855, dejando una obra donde la enfermedad mental se entrelaza con el misticismo, el sueño y la búsqueda de un sentido oculto. Fue uno de los primeros en proponer que lo que llamamos locura no es una pérdida de razón, sino una forma distinta —más lúcida y penetrante— de ver el mundo. Posteriormente, el siglo XX consolidó esta misma percepción mediante la figura del outsider brillante y autodestructivo: el artista maldito que vive en los márgenes y sufre por no poder integrarse. Tenemos ejemplos de genios depresivos e hipersensibles, como Virginia Woolf o Sylvia Plath; de visionarios …

Literatura y adulterio

Literatura y adulterio

La mañana después de conocer a Vronsky, Anna Karenina coge un tren de regreso a San Petersburgo y se pone a leer sin que eso le procure ninguna satisfacción. Tiene tantas ganas de vivir que le cuesta conformarse con el reflejo de otras vidas que encuentra en la lectura: querría estar viviendo lo mismo que el héroe protagonista de su novela. Se dice a sí misma que tendrá que resignarse, pero hallándose en ese estado, le sobrevienen recuerdos de la noche anterior de los que en vano trata de deshacerse: el baile, las miradas «enamoradas y sumisas» de Vronski… «Caliente, muy caliente, te quemas», le dice una voz interior, pero deja a un lado la novela: los caminos que está recorriendo su pensamiento le parecen ahora más excitantes que las aventuras descritas en ella.  Con la lectura, sucede una paradoja que Mario Vargas Llosa explicó en repetidas ocasiones, entre ellas en su discurso de aceptación del Nobel: uno lee porque siente que con la realidad no le basta, pero al adentrarse en otros mundos descubre …

Buscar pan y destruir panaderías

Buscar pan y destruir panaderías

El auge de los precios del alquiler en las grandes ciudades españolas está dificultando cada vez más el acceso a la vivienda y obligando a muchos a abandonar sus barrios. No hace falta estar buscando piso para darse cuenta: el asunto ha tomado protagonismo en tertulias, debates parlamentarios y, sobre todo, las calles. En febrero, casi cuarenta colectivos de vivienda, vecinales, ecologistas, de derechos humanos, sindicales y sociales se manifestaron en Madrid, y de nuevo en todo el país en abril, para denunciar lo que consideran una «emergencia habitacional» y exigir soluciones a la clase política. La fe casi supersticiosa que estos grupos tienen en la capacidad de los dirigentes para aliviar sus males es conmovedora, y no sería sorprendente verlos algún día tomar las calles para exigirles un febrero más cálido y un agosto menos pesado.  Al escuchar sus demandas, resulta inevitable acordarse de Ortega y Gasset. En La rebelión de las masas, explica que el ser humano nunca ha resuelto con tanta holgura sus problemas económicos, y que cada día añade un nuevo …

La Segunda República según Josep Pla

La Segunda República según Josep Pla

Es costumbre dejar de lado la complejidad del Josep Pla escritor político porque distintas aproximaciones ⎯sean de izquierdas o nacionalistas⎯ coinciden en dar por hecho que fue un personaje venal, antirrepublicano visceral, espía de Franco y acomodaticio con su régimen, anticomunista anacrónico, traidor a Cataluña. Ochenta y nueve años después del inicio de la Guerra Civil, todavía hay quien enjuicia a Pla sin prestar la debida atención a lo que pasaba en Europa en los años treinta, tal vez por falta de entendimiento intelectual de aquella encrucijada trágica. Explica algunas anomalías más generalizadas que, casi noventa años después del inicio de la Guerra Civil, un escritor de su magnitud sea juzgado o bien por lo que no hizo o bien porque se le aplica el reduccionismo que viene siendo propio de un antifranquismo esquemático y apriorístico, algo también propio del antianticomunismo. ¿Es que el liberalismo conservador de Pla es razonablemente más condenable que la mística de la guerra del admirado Ernst Jünger? Por no intentar la comprensión de sus contradicciones y continuando con la demonización de …

El gran falsificador

El gran falsificador

En julio de 1930 Salvador Dalí publica, en el primer número de la revista Le surréalisme au Service de la Révolution, un artículo titulado «L’âne pourri» («El burro podrido»). La imagen del burro podrido, al que en el artículo solo alude de paso para pontificar que nada podrá convencerle de que el animal en descomposición, cubierto por miles de moscas y hormigas, no es más que «el reflejo cegador y duro de nuevas piedras preciosas», aparece por partida doble en Un chien andalou, la película que realizó a medias con Luis Buñuel, y hunde sus raíces en la pasión por lo putrefacto que ambos compartían con García Lorca y Pepín Bello como símbolo de las decadentes costumbres burguesas. Puede parecer que en este artículo la alusión al burro podrido es solo una insistencia gratuita en sus obsesiones ⎯como lo son tantas cosas en el universo daliniano, aunque se trata de una gratuidad que cobra sentido en la impertinencia como instrumento de confusión⎯ y que no tiene aquí ese valor simbólico, pero a continuación añade lo …

Tiempos familiares

Tiempos familiares

«No me extraña que digan que no vivo en contacto con estos tiempos. ¿Quién demonios quiere vivir en contacto con ellos?» Billy Wilder, entrevista en New York Magazine, 1976 Cuando el genial Billy Wilder dio la lapidaria opinión del epígrafe, pronto hará medio siglo, ya había empezado a producirse el lento y sostenido proceso de erosión de la civilidad que es el tema de este artículo. Entiendo por civilidad no solo el conjunto de formas de la urbanidad, sino también una red o tejido de códigos destinados a facilitar y regular los intercambios entre individuos en sociedad, su manera de «vivir en contacto» unos con otros. El ámbito común en el que se tejen (y destejen) esos códigos es lo que los griegos designaron con la palabra polis y Hannah Arendt analizó, en La condición humana, con el nombre de espacio o ámbito público. El tamaño o alcance de este espacio, su importancia en la vida de los individuos, no es algo fijo e inalterable. Especial aporte de Arendt a la comprensión del fenómeno del …

Debilidad encumbrada

Debilidad encumbrada

El Renacimiento representó para Nietzsche un momento excepcional en la vida europea. Fue una época que afirmó el cuerpo, el arte, el genio individual, en la que el ser humano se reconcilió con su vitalidad, su voluntad de poder y su capacidad de crear belleza y dar forma al mundo. Figuras como César Borgia —a quien menciona en El Anticristo (1895) como un modelo de superhombre opuesto a Jesús—, Maquiavelo o Leonardo da Vinci —que encarnan para él la máxima representación del buen gobernante y del artista creador— son ejemplos paradigmáticos de hombres que actúan desde su potencia vital y no desde la sumisión existencial que imponen la moral y el deber. Pero el impulso histórico del Renacimiento se trunca cuando Europa emprende —según Nietzsche— un camino de domesticación del alma occidental. La Reforma protestante radicaliza la moral cristiana y sustituye muchas de las formas afirmativas del catolicismo por otras más serviles y dóciles. También Nietzsche reprocha a Kant su idea de que el deber debe cumplirse por deber mismo y no por inclinación o …

La gravitación técnica

La gravitación técnica

El ser humano es curioso por naturaleza. Desde el principio de nuestra existencia levantamos la cabeza hacia el cielo en busca de respuestas en un cosmos repleto de pequeñas luces. Estos faros en la oscuridad se analizaban antiguamente con la vista en busca de ciertos patrones que pudiesen dar lugar a alguna señal divina. No fue hasta el año 1609, en plena Revolución Científica, cuando se construyó el primer telescopio para mirar el firmamento con mayor profundidad, revolucionando completamente la astronomía. Desde entonces se han hecho innumerables avances tecnológicos y descubierto infinidad de cuerpos celestes, pero el principio sigue siendo el mismo. En Las olas del espacio-tiempo: la revolución de las ondas gravitatorias, Matteo Barsuglia narra el descubrimiento de las ondas gravitatorias, desde su predicción teórica hasta su reciente descubrimiento, compartiendo sus vivencias científicas en el laboratorio Virgo, uno de los laboratorios pioneros en la detección de ondas gravitatorias. Así describe Barsuglia el instante que cambió la historia de la física: En medio de la algabardía del planeta, los dos detectores LIGO en Estados Unidos …