El punto ciego judío
La dedicación de nuestra época a la denuncia de agravios identitarios y al reconocimiento de colectivos —un empeño que se afirma a sí mismo en tanto más exhaustivo es— invita a especular sobre el carácter sospechoso de sus negligencias. Cuesta creer que, en tiempos de hipersensibilidad a la discriminación, el descuido de un grupo identitario concreto sea accidental. En un estado obsesivo de búsqueda de colectivos a los que victimizar, resulta inevitable pensar en la conveniencia de ciertos ángulos muertos, máxime si el colectivo que se sitúa en ese punto ciego es uno de los más agraviados de la historia. En efecto, es únicamente a trasluz de la sospecha que cabe valorar el modo en que los portavoces de las políticas identitarias soslayan cualquier tipo de mención al antisemitismo. Aunque tampoco habría que sospechar tanto: no cabe duda de que el identitarismo político ya hubiera reivindicado la causa judía si tuviera algún interés en ello. Los hechos, sin embargo, apuntan en otra dirección. Y es que, en esta batalla por la compensación identitaria que la …