Tras el delirio
Ha pasado casi un año desde que el independentismo catalán sufrió su peor derrota electoral en décadas, y no parece exagerado hablar de fin de una época. Con las aguas más calmadas, es un buen momento para echar la vista atrás y tratar de comprender lo que, en muchos sentidos, fue un delirio colectivo. Una buena forma de hacerlo es a través de las recién publicadas memorias de la periodista Laura Fàbregas. Diario de una traidora (Editorial Funambulista) narra, con gran agudeza, ironía y lucidez, unos años que ella vivió como testigo privilegiado: primero, como independentista en un pueblo catalán muy politizado; más tarde, como periodista constitucionalista afincada en Madrid. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi a Laura Fàbregas. Fue en un debate de TV3 entre el entonces dirigente de la CUP, Antonio Baños, y el filósofo Antonio Escohotado. En Cataluña, el antinacionalismo se percibe a menudo –con una mezcla de compasión, incredulidad y recelo– como una forma de autoodio. Primero, confundiendo el amor a la patria con el amor propio, y luego sin …