Estados Unidos

El fin de los tiempos

No son pocos los críticos de la izquierda posmoderna que han visto en sus valores un conjunto de preceptos, dogmas, anatemas, profecías y misterios que la identifican mucho más con una religión que con una ideología política, y aunque no hay por otra parte ninguna ideología política que carezca del todo de estas características, en el caso que nos ocupa la naturaleza religiosa se muestra al completo. Es, por supuesto, una religión a la que le faltan los fundamentos espirituales, lo que la despoja de lo esencial pero le permite operar con aparente legitimidad en el terreno de las ideas, y eso es lo que la hace más inquietante, pues no hay despotismo más temible que el que se presenta disfrazado de otra cosa. El fenómeno se ha tratado a menudo con sorna o se le ha dado un sentido metafórico, pero hay que empezar a tomarlo en serio. Eso es precisamente lo que acaba de hacer William McGurn, miembro del Consejo de Redacción del Wall Street Journal y articulista destacado de este diario: tomarse …

Black Lives Matter: débiles argumentos para el cambio

Hace ya un tiempo que las aguas del irracionalismo posmoderno empantanan la discusión política de ciertos asuntos. En Estados Unidos, por ejemplo, tiene lugar desde 2013 un estridente debate sobre el racismo endémico del país, que en el presente año ha subido a la palestra con todas sus armas a raíz del asesinato de George Floyd en mayo. El ruido que nos llega es hasta ahora ensordecedor y contundentemente preciso: ¡Black Lives Matter!, gritan los que abanderan la lucha antirracista en las ciudades norteamericanas; sin embargo, por más claridad y volumen con que se profiera la consigna, el ruido es por definición confuso, oscuro, vago, y convendría, con tal de estimular la circulación de las aguas del debate, bajar el tono unos peldaños y comprobar si son ciertas las razones que lo proveen de tanta furia. Las imágenes de la muerte de Floyd en Mineápolis levantaron una oleada de indignación desproporcionada al suceso. Hemos visto imágenes mucho más terribles en televisión y el termostato de la ira social apenas registró modificaciones. El asesinato de Floyd, …