Relativismo

Isaiah Berlin en Washington   

La falsedad del determinismo es uno de los tributos intelectuales más positivos a tener en cuenta en el balance final del siglo XX, el siglo de la megamuerte, el siglo de los totalitarismos. Se lo debemos en gran parte a Isaiah Berlin. Ya entrados en otro siglo, si el principio de libertad de elección —elecciones trágicas a menudo— nos parece incluso un fait accompli al final de todos los utopismos ensangrentados, es porque el pensamiento de Berlin había reafirmado la sociedad pluralista y al hombre como una conciencia creativa que es autónoma por sus opciones, sus fines y valores, en aquella gloriosa confluencia de la Historia entre la continuidad y la libertad. Si el determinismo considera que la Historia está bajo el control —está teledirigida— por fuerzas impersonales más allá de la voluntad humana, Berlin lo identifica con la negación de la idea de la responsabilidad moral del individuo. Esa fue la gran refriega del siglo XX, el siglo de acechanzas tan pavorosas como la revolución soviética, el Tercer Reich, la Revolución Cultural de Mao …

Dogmas modernos

Leemos a veces noticias sobre presuntas terapias milagrosas capaces de curar las peores enfermedades. Yo qué sé: que frotarse una cebolla por el pecho cura el cáncer, o lo que sea. La reacción de la ciencia ante tales afirmaciones es, como tiene que ser, de rechazo, y por supuesto de una comprensible desesperación cuando algunas de estas ideas de bombero se extienden; como aquello de que la nieve está hecha de plástico porque se mancha de negro y no se derrite cuando le acercas la llama de un mechero. Los científicos, y muy acertadamente, ponen el grito en el cielo ante tales disparates.   Ahora voy a poner yo el grito en el cielo por otro tipo de disparates, unos que provienen no de la pura ignorancia, sino de ciertas actitudes cientificistas, y que parten de un conjunto de creencias más comunes de lo que parece: por ejemplo, se cree que las instituciones religiosas —y en particular la Iglesia Católica en Europa— son las responsables de haber retenido el progreso de la ciencia durante toda la …