Lenguaje

Cartografía del silencio (La segunda navegación)

Reseña (elogio) de Elogio de la filosofía, de Gabriel Albiac. Sobre un fondo negro, con los rasgos levemente difuminados, Edipo y la Esfinge mantienen, mejilla contra mejilla, una simetría sinuosa entregada a un lánguido abandono en el instante de quietud y calma tras el cual acecha el estallido. Justo antes de ser devorado por la Esfinge, Edipo abre los ojos. Ya no podrá cerrarlos. Cegado para siempre, vencido por un fogonazo insoportable, vagará sin remedio como el héroe que ha sido sacudido por un volcán de espanto, como el Hamlet que, según recuerda Nietzsche en El nacimiento de la tragedia, ha conocido y siente náusea de obrar. Surcando las aguas neblinosas de las apariencias, el filósofo se empecina en abrir fisuras de una claridad artesanal que señalen al Edipo devorado por sí mismo vestigios de un mundo de palabras y geometría. En tal navegación de retorno (a la caverna o antro de sombras que nos constituye en acuciante suerte), la escritura va dejando rastro sobre el rastro que determina los destinos del caminante. La tensión …

Tras el velo, Isis lee

La palabra es origen, siempre previa. A través de ella nos abrimos camino en medio de la extrañeza del mundo. Es la fragua de nuestras ansias más secretas, siendo la del amor la más común, puro anhelo de paraíso que nos empuja a descender a los infiernos donde recuperar sus vestigios. Dante sabía que el camino al paraíso pasa por el infierno, y Petrarca, que el infierno nos habita, que la geografía de nuestra subjetividad es la tierra ignota que nos aguarda y nos aterra. También se atrevió a desafiar al amor y a la amada, sabedor de que la fuerza de su pulso, de su verbo era lo único inmortal. «Eternidad» pasó a tener el nombre de poesía, de palabra no revelada, sino caída, precipitada y abismada al infierno de un yo que amaba tanto a un tú como descubrirse, encontrarse cara a cara en el espejo de la escritura. Fuera de ella, de sus leyes lingüísticas, o en sus márgenes, no nos es dado conocer lo que descentra nuestra subjetividad. Nos aproximamos a …

Lengua, pensamiento y literatura

Una de las falsedades que forman parte de las creencias nacionalistas es afirmarque la lengua nativa configura un pensamiento distinto de cualquier otra. Sifuera así, los hablantes de una misma lengua tendrían alguna esencia en supensamiento que sería única en ellos. Ahora bien, es evidente que se trata deuna falsa consideración, porque si yo, por ejemplo, no puedo entenderme conlos dirigentes de la extrema derecha francesa, no es porque hablamos lenguasdistintas, puesto que tampoco me entiendo con los nacionalistas catalanes, quese da el caso que hablan la misma lengua que yo. Y al contrario: puedoentenderme perfectamente con un extranjero sobre un tema determinado,aunque mi lengua no sea la misma que la suya. Ni nuestro pensamiento ni nuestra manera de ser dependen de la lengua quehablamos. Es obvio que si un catalán quiere referirse a un trabajo fácil, dirá quetal trabajo es como «bufar i fer ampolles»; y diciendo eso, dirá exactamente lomismo que un castellano cuando dice que es como «coser y cantar», o unangloparlante cuando dice «it’s a piece of cake». Las distintas maneras …