Ideología de género

El espíritu de partido

«La mano de hierro del destino no es más poderosa que este sometimiento a la tiranía de una sola idea, que este delirio que el pensamiento único engendra en la mente de quienes se le entregan: en estos tiempos la fatalidad es el espíritu de partido, y pocos hombres son lo bastante fuertes como para eludirlo». Madame de Staël La extrema izquierda y la extrema derecha han hecho siempre cuanto han podido para acabar con el Estado de Derecho. Se empezó a ver en Francia, a finales del XIX, con el estallido del caso Dreyfus. Por su condición de judío, unos y otros celebraron la condena, con pruebas falsas, del desdichado capitán del ejército francés. En 1910, el líder de Action Française, Charles Maurras, y el líder del socialismo revolucionario, Georges Sorel, se felicitaban mutuamente por su decidida oposición al régimen democrático, como documenta Michel Winock en Le siècle des intellectuels. En 1939, el pacto Ribbentrop-Mólotov selló esa comunión de intereses. No es de extrañar que en nuestros días los apoyos, directos o indirectos, a …

La persistencia del error

El 7 de agosto de 1948, en el auditorio de la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas de Moscú, Trofim Lysenko se puso en pie para pronunciar su discurso inaugural. Entre los presentes se encontraban los principales genetistas soviéticos, congregados para lo que sería su última asamblea. Antes de comenzar, Lysenko añadió una nota manuscrita a su texto: «El Comité Central del Partido ha examinado mi informe y lo ha aprobado». Con estas palabras, la genética quedaba oficialmente proscrita en la Unión Soviética. La ciencia, ese método basado en la observación sistemática y la evidencia empírica, cedía su lugar a una doctrina que prometía transformar la naturaleza mediante la «educación» de las plantas. No era la primera vez que el poder político se imponía sobre la realidad material, pero pocas veces el triunfo de la ideología sobre los hechos había sido tan explícito. El episodio tendría consecuencias devastadoras para la agricultura soviética y el desarrollo científico del país. Centenares de científicos fueron purgados de sus puestos, cuando no enviados directamente a campos de trabajo. Todo ello …

Apuntes feministas

En Retrato del libertino (Espasa, 1997), Antonio Escohotado habla extensamente de My Secret Life, las colosales memorias (más de cuatro mil páginas distribuidas en once volúmenes) de un autor inglés de finales del XIX que oculta su identidad bajo el seudónimo de Walter, aunque, según los estudiosos del caso, se trata de sir Henry Spencer Ashbee, un rico comerciante marítimo que dio la vuelta al mundo y que, suponiendo que a él hayan de ser atribuidas las confesiones de Walter, en el transcurso de su vida tuvo conocimiento carnal con unas dos mil mujeres repartidas por todo el orbe. De eso versa su obra, de ese conocimiento y de las reflexiones que de él pudo extraer sobre el asunto según su propia experiencia, sólo según la propia, pues le faltó la posibilidad de compararla con parecidos conocimientos ajenos. Cita Escohotado un pasaje del segundo prefacio de My Secret Life en el que el autor lamenta esa ignorancia de lo que les sucede a los demás en el combate amoroso y del que reproduzco el fragmento …

Si veneno le pide llorando…

A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, las alarmas sobre abusos sexuales a menores se dispararon en todo el mundo occidental. Aprovecharse de la inocencia de un niño para satisfacer el deseo de un adulto añade a las iniquidades de la violación un grado de crueldad que, para salvaguardar el honor de la especie, no dudamos en calificar de inhumano. Era algo que ocurría en silencio y a lo que durante mucho tiempo no se le concedió en la sociedad mayor gravedad que a la sodomía, el pecado nefando con el que generalmente se confundía en los textos legales y en la opinión pública; y a pesar de que el rechazo moral con el que se contemplaba se fue acentuando en el siglo XX, si acaso se tenía noticia de que algún pariente o vecino practicaba esa pravedad, eran frecuentes la componenda y el disimulo: a menudo, la reputación de los mayores se tenía por un valor más alto que la libertad de los menores. El despertar de la conciencia social …

Impresiones helenísticas sobre morfemas (y su recepción delirante)

Por lo menos desde Dioniso de Tracia los gramáticos han aceptado la división de lo que suele llamarse «género» (génos) en «masculino» (arsenikón), «femenino» (thelukón) y «neutro» (oudéteron) para referirse a ciertos morfemas de las lenguas indoeuropeas, o bien solamente en «masculino» y «femenino» en aquellas en las que solo se identifican dos, como en castellano. Dioniso parece recoger ya una tradición (por ejemplo, cuando nos dice que algunos «añaden a estos [géneros] dos más»), de modo que seguramente algunas de las categorías que hallamos en el texto de Dioniso eran comunes y bien arraigadas. Los nombres con los que Dioniso describe la lengua son, en general, de carácter —digamos— impresionista. Por ejemplo, se llama a la flexión ptôsis, que en griego significa «caída». Se percibe, por tanto, la flexión (nominal y verbal) como una caída (aunque se aplica sobre todo a ciertos morfemas de la flexión nominal). Los nombres elegidos son percepciones que se expresan de un modo muy plástico, casi se podría decir que poético. La ptôsis se tradujo en latín como casus, …