Milan Kundera

El mal deseado

El amor es una cosa y su contraria. Es la fijación en el deseo sexual y la renuncia al sexo. En el primer caso, solo merece su nombre cuando se cumple el objetivo; en el segundo, la plenitud amorosa se obtiene prolongando indefinidamente el estado de deseo, lo que produce una mezcla inextricable de goce y tormento, y por ello el amor cortés, que concibió el deseo permanente como finalidad en sí misma, concediéndole así los atributos de una devoción no muy distinta del culto religioso ⎯del auténtico amor que un devoto puede sentir por la Virgen⎯, no se ha relacionado en vano con el masoquismo, pues la dama cortejada por su caballero mantenía con él una relación de dominancia que este aceptaba sumisamente como parte de su adoración, con lo que estaba obligado a someterse a los caprichos de su dueña y a aportar complicadas pruebas de amor, y aun a sufrir una suerte de castigos para desagraviarla de una supuesta ofensa o compensar una distracción de su entrega amorosa (véase Emmanuel-Juste Duits, L’autre …

El alma de las cosas

La producción ensayística de Milan Kundera comprende tres volúmenes que pueden considerarse como partes de una obra única; lo es por su unidad temática, pues unos mismos intereses motivan los tres ensayos y se disponen en una trama de correspondencias que los funde en un solo discurso, y también por su unicidad: es cierto que todo lo que expone pertenece a la mejor tradición de la crítica, pero su forma de abordarlo al modo libre del ensayo literario; su enérgica defensa de la independencia creativa en unos tiempos como los nuestros en los que resurge con viejas y nuevas excusas el afán de someter lo literario y lo artístico al arbitrio de lo ideológico, y, finalmente, la trascendencia que emerge de su concepción del arte narrativo como una exploración insustituible de todo cuanto constituye la existencia humana convierten el conjunto que forman esos tres libros en una obra singular y de mucha importancia. El arte de la novela (1986), Los testamentos traicionados (1993) y El telón (2005) se interesan principalmente por lo que da nombre …