Estado de derecho

Josep Maria Castellà: «Cicerón ya dijo que solo hay libertad en la ley. Esta es una idea muy distinta de la que tienen actualmente el legislador o el gobernante que ven el derecho como un obstáculo a sus iniciativas»

Josep Maria Castellà: «Cicerón ya dijo que solo hay libertad en la ley. Esta es una idea muy distinta de la que tienen actualmente el legislador o el gobernante que ven el derecho como un obstáculo a sus iniciativas»

Josep Maria Castellà Andreu, catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad de Barcelona, miembro de la Comisión de Venecia entre 2014 y 2022, titular de la cátedra Jean Monnet en Democracia Constitucional Europea y presidente del Club Tocqueville, es uno de los juristas más prestigiosos de Europa. Con él hablamos de la importancia fundamental del derecho en una sociedad democrática, del escaso conocimiento que en nuestros días se tiene de este fundamento, de la independencia del poder judicial, de los ataques que a menudo reciben jueces y magistrados por parte de algunos políticos, de la ley de amnistía, de la reforma judicial que proyecta el gobierno español y de la legitimidad democrática de la monarquía parlamentaria. Pregunta. ¿Deberían darse nociones básicas de derecho en el bachillerato? Josep Maria Castellà. Sí, efectivamente. Del mismo modo que asumimos que hace falta saber historia u otras materias, hay unos conocimientos básicos para la vida en sociedad que ofrece el derecho, como también la economía, y que habría que divulgar en la enseñanza, ya sean los que sostienen las …

Ad populum

Ad populum

I Pronto se cumplirán diez años del 15-M. El 20 de mayo de 2011, cuando algunas plazas de las principales ciudades españolas ya llevaban cinco días ocupadas por tribus de indignados, escribí esta entrada de diario y le puse por título «El fantasma de la imitación»: «Se accedía a la cantina del cuartel al que fui a parar cuando cumplía el servicio militar por una de esas puertas de dos pequeños batientes que se apartan de un empujón, exactamente iguales a las de los saloons que aparecen en las películas del Oeste. Esa analogía determinaba que, de vez en cuando, se viese entrar a algún soldado con los dedos gordos de las manos metidos en el cinturón y la gorra inclinada hacia delante hasta casi tapar con la visera el hueso de la nariz. En cuanto pasaba la puerta, se despojaba de la gorra como mandaban las ordenanzas; luego, poco a poco, se acercaba a la barra lanzando miradas de menosprecio a derecha e izquierda; a falta de whisky, pedía un vaso de calimocho, se …