Camille Paglia

El rastro sangriento del artista

No es habitual que los grandes clásicos de Hollywood sean mejorados en adaptaciones posteriores, pero sucede a veces. La novela de James M. Cain Mildred Pierce ha sido adaptada al cine en dos ocasiones. Fue Michael Curtiz, el director de Casablanca, quien realizó la primera en 1945. Su versión contiene lo mejor del cine negro americano y cuenta con una soberbia actuación de Joan Crawford, pero el Código Hays le arrebató parte de su interés. Para sortear la censura de la época (que exigía el castigo de los personajes inmorales, entre otras cosas), la película de Curtiz incorpora una trama de crimen que no estaba en la novela original y suaviza algunos de sus aspectos más inquietantes y moralmente ambiguos. Por eso la versión de 2011, una miniserie, es todavía más recomendable. Dirigida por Todd Haynes y protagonizada por Kate Winslet, narra el descenso a los infiernos de una madre desesperada por ganarse el amor de una hija tan brillante y talentosa como cruel. No es solo por amor maternal por lo que Mildred encuentra …

Salvar al feminismo

Seguramente una de las escenas más memorables de la historia del cine sea la que pone fin a la primera parte de Lo que el viento se llevó, cuando Scarlett O’Hara mira al cielo desafiante y, después de haber atravesado los nueve círculos del infierno, se promete, poniendo a Dios por testigo, que ni ella ni los suyos van a volver a pasar hambre —«aunque tenga que estafar, ser ladrona o asesinar»—. Hasta entonces, todo eran quejas y lamentos, pero ahora parece decirse: «Está bien; mi madre muerta por una fiebre tifoidea, mi padre enloquecido, y todos los hombres que me cortejaban empeñados en ir a matarse a una guerra que yo ya había advertido que sería, cuando menos, aburridísima, pues me las tendré que ingeniar sola, pero no lograrán aplastarme». En ese inconfundible atardecer naranja technicolor, la niña caprichosa cogía por primera vez las riendas de su vida. Su personaje encarnaba la esencia de la primera ola del feminismo: la mujer estaba capacitada para asumir su propia existencia.  Pero, mecida por el mismo oleaje, …

El retrato de Peter O’Toole

Hoy se cumplen siete años de la muerte de Peter O’Toole, actor en más de sesenta películas, unas setenta obras de teatro, y protagonista de una rara entrevista que le hizo Gay Talese, en la que el gentleman refinado se muestra como un hombre desquiciado, autodestructivo y obsesionado con su personaje en Lawrence de Arabia, basado en el coronel Thomas Edward Lawrence.  La entrevista empieza en un avión que se dirige al país natal del actor, Irlanda. O’Toole es ya un actor de éxito que ha ganado el suficiente dinero como para comprarse una casa en Londres con diecinueve habitaciones y decorarla con cuadros de Jack B. Yeats, pero le explica a Talese lo difícil que es para él verse a sí mismo en la película de David Lean que supuso su salto a la fama. No puede soportar ver cómo la pantalla muestra su rostro con veintisiete años en un plano para, acto seguido, pasar a otro en el que tiene veintinueve, y comprender que se han esfumado dos años de su vida en …