La Guerra Fría de Le Carré
Será singular la memoria que quede de la Guerra Fría si la sustentamos leyendo al recién fallecido John Le Carré. Nunca se le perfilaba con claridad en el lado del telón de acero en el que trabajó para el espionaje británico y que luego le aclamó como autor de novelas de espías. Se le veía más en tierras de nadie, practicando el merodeo moral en la línea de sombra del Checkpoint Charlie en el Muro de Berlín, a punto de considerar que daba casi lo mismo estar con la libertad que con el totalitarismo porque el espionaje era un oficio de ambigüedades. Algo parecido le pasó a Graham Greene. De uno u otro modo, siempre estuvieron fascinados por aquel Philby que se fue a vivir a Moscú traicionando todas sus lealtades. Resquebraduras del viejo Establishment británico. ¿Por qué Le Carré esperó a estar ya más allá de la postguerra fría para confesar como si nada que también había considerado pasarse al otro lado? No faltará quien suponga que, al declararlo en su día, como de …