La rosa es sin porqué
En el prefacio a El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde no solo responde a los críticos que condenaban su novela por inmoral, sino que también regala una de las reflexiones más acertadas de la estética, al tiempo que casi parece negarla: «A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente. Todo arte es completamente inútil». Roger Scruton recupera la cita en su documental Why Beauty Matters? para demostrar, a través de la arquitectura tradicional, que la belleza es una necesidad universal: sus detalles decorativos, perfectamente inútiles, a la vez se hacen indispensables por su complaciente armonía, y así nos revelan que tenemos algo más que necesidades primarias; que el hombre es, en gran medida, un ser espiritual. «Resulta que nada es más útil que lo inútil», concluye. Para las mentalidades excesivamente panglosianas —no por optimistas, sino por su tendencia a creer que todo existe para cumplir con un fin determinado—, esas observaciones saben a poco. La obra …